Orientación con Orientation

La semana pasada me releí en tres patadas Orientation  una maravillosa colección de cuentos de Daniel Orozco. No sabría no por dónde comenzar a hablarles del libro. Y es que Orozco se sube las mangas y se permite jugar con forma, voces narrativas, personajes, bueno hasta con los verbos. Me gusta mucho cuando sucede eso, cuando leo y disfruto y aprendo. Leo a Orozco, tomo notas, surgen ideas, surgen voces, surgen sintaxis. Surge, también, el placer de darse el lujo de poner este libro como requisito en mi curso de Foundational Techniques porque, ¿qué mejor forma que aprender de técnicas narrativas que el trabajo de un autor que, ya lo dije, se sube las mangas y le entra al texto con la disposición de llevar el juego al límite?

Por cierto, si tienen Kindle regálense este cuento que está gratis gratis gratis en Amazon.

 

decisión de viernes 22 de enero a eso de las 11:35 de la noche

en febrero voy al DF a ver a mi Padawan, a mis coyotitas y a mis tres sobrinas. en marzo me voy a acampar en Cloudcroft yo sola. en abril no haré nada porque  de mayo a junio me voy a Vancouver a ver a mi hermana, a mis sobrinas y a escribir mi novela transgenérica.

he dicho.

 

 

un pedacito de souvenir

When my grandmother died, my aunt

lifted her camera at the small funeral,

toggled the zoom button and started taking

pictures of the blue-veined hands,

fingers draped along the blue

polyester dress, clasped across a plump

body in a mahogany casket.

When someone asked her why

she was doing it, she mentioned

the macramé, the doll parts, the needlepoint,

all the things her mother used to do

with those hands.

Someone sitting beside me

wanted to stop her then, beg her

to sit down, to leave the body be.

From “Souvenirs,” by Jenny Johnson

only the crossing counts



It’s not how we leave one’s life. How go off
the air. You never know do you. You think you’re ready
for anything; then it happens, and you’re not. You’re really
not. The genesis of an ending, nothing
but a feeling, a slow movement, the dusting
of furniture with a remnant of the revenant’s shirt.
Seeing the candles sink in their sockets; we turn
away, yet the music never quits. The fire kisses our face.
O phthsis, o lotharian dead eye, no longer
will you gaze on the baize of the billiard table. No more
shooting butter dishes out of the sky. Scattering light.
Between snatches of poetry and penitence you left
the brumal wood of men and women. Snow drove
the butterflies home. You must know
how it goes, known all along what to expect,
sooner or later … the faded cadence of anonymity.
Frankly, my dear, frankly, my dear, frankly.

 

C.D. Wright

soy quien soy

Hace unos días recibí un mensaje en una red social,  supongo que el autor tenía la intención de lastimarme. Decía “Cómo está la maestra marimacha?” Pensé, “Pueden llamarme lesbiana, loca, gay, queer, bisexual, pero no marimacha porque mis Doctor Marteen tienen florecitas.” Me reí, ¿qué más se puede hacer a veces?

Pasan los días y esas palabras aún me dan vueltas en la mente. Supongo que ese es el efecto que el autor en cuestión buscaba. No pienso en la agresión hacia mí, pienso en la agresión como punto de partida. Pienso en el peso que pueden tener las palabras, pienso en la violencia que puede existir en el lenguaje. Hay palabras que no son categorías, sino insultos, asaltos. Es la primera vez que me ocurre algo así, pero pienso en amigos y amigas que alguna vez sí que han recibido golpes, puñetazos, en vez de palabras, ¿por qué? por ser quienes son. Y aún así, aún los insultos-golpes-puñetazos mis amigos se sostienen siendo lo que son.

Aprendo.

“Soy quien soy,” me digo.

Por más que hubiera querido responder algo, lo que sea,  el mundo entero no puede ser mi aula. Hay estudiantes que ya no van a aprender de nada ni de nadie. Hasta que.

el semestre ya está aquí

pero yo me hago como que no lo veo, me hago la indiferente, juego a hacerme la interesante. ya hice mis syllabus y saqué las copias y esas cosas que hacemos los profesores cuando el show semestral está por comenzar, pero fuera de ello, no he hecho nada más. me hago la loca, trasciendo mi ser leyendo lo que se me da la gana, viendo en netflix lo que se me da la gana, durmiendo cuantas horas se me antoje y comiendo como la cerdita que ya sabemos que soy.

el semestre ya está aquí y en estos meses se definen muchas cosas en la vida sylvíssima. tengo la panza medio hecha nudo y los nervios de punta, pero fuera de ello todo bien, dejo que las cosas transcurren y que sea lo que ha de ser. igual y el semestre ya está aquí y no habrá tiempo de pensar en nada más.

A WORLD WAS BORN

“That evening, the dark flat streets of New York, the tomorrow of work, the milk bottle dropped and broken in her sink, became unimportant. She flung herself on her bed and drew a line with a pencil on a piece of paper. And another line, carefully, and another. A world was born around her, like a bright forest with a million shimmering leaves.” 

 

The Price of Salt, Patricia Highsmith

yo

leí 70 libros. acampé muchas veces. volé y manejé en carretera. me mudé de casa. adopté una gata. le di pelea a la ansiedad. gané peso. acabé seis libros. le compré un carro al barbudo. vi a mi hermana. vi a mis sobrinas. yo hice todo eso que parece nada pero es mucho.

Residente en Octavia Street

Esta semana nuestra casa se ha llenado de palabras y risas. Tenemos a una residente, la segunda de nuestro programa véngaseustéalpasoaquíledamosespacioparaquesoloescriba. Ha sido redelindo tener un balance a la testosterona a la que estoy acostumbrada, pero lo mejor lo mejor ha sido tener a alguien hablando de escritura, libros, proyectos, compartir esto que Una es con lo que Otra es. De pronto, el trabajo solitario se vuelve uno prácticamente colectivo. La residente en Octavia street se ha vuelto mi fluoxetina para el invierno, así que lo que normalmente es duro y denso, se ha vuelto una nube en la que me monto y sonrío.

Mi hermana lo dice todo el tiempo, el círculo ese que conforma el grupo de amigas mujeres es sanador, yo creo que tiene curitas y mertiolate extra cuando el dichoso círculo se compone por mujeres que escriben.

 

lo mejor del 2015 en orden aleatorio o chicas escritoras superpoderosas que me abrieron los ojos de múltiples maneras

  • The Argonauts, Maggie Nelson
  • The First Bad Man, Miranda July
  • Nimona, Noelle Stevenson
  • The Small Backs of Children, Lidia Yuknavitch
  • Bad Feminist, Roxane Gay
  • A Manual for Cleaning Women, Lucia Berlin
  • But You Did Not Come Back, Marceline Loridan-Ivens
  • Citizen, Claudia Rankine
  • Chelsea Girls, Eileen Myles
  • Reconsolidation: or it´s the ghosts who will answer you, Janice Lee
  • Dear Mr. You, Mary-Louise Parker