soy quien soy

Hace unos días recibí un mensaje en una red social,  supongo que el autor tenía la intención de lastimarme. Decía “Cómo está la maestra marimacha?” Pensé, “Pueden llamarme lesbiana, loca, gay, queer, bisexual, pero no marimacha porque mis Doctor Marteen tienen florecitas.” Me reí, ¿qué más se puede hacer a veces?

Pasan los días y esas palabras aún me dan vueltas en la mente. Supongo que ese es el efecto que el autor en cuestión buscaba. No pienso en la agresión hacia mí, pienso en la agresión como punto de partida. Pienso en el peso que pueden tener las palabras, pienso en la violencia que puede existir en el lenguaje. Hay palabras que no son categorías, sino insultos, asaltos. Es la primera vez que me ocurre algo así, pero pienso en amigos y amigas que alguna vez sí que han recibido golpes, puñetazos, en vez de palabras, ¿por qué? por ser quienes son. Y aún así, aún los insultos-golpes-puñetazos mis amigos se sostienen siendo lo que son.

Aprendo.

“Soy quien soy,” me digo.

Por más que hubiera querido responder algo, lo que sea,  el mundo entero no puede ser mi aula. Hay estudiantes que ya no van a aprender de nada ni de nadie. Hasta que.

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