las más amorosas rajas

por razones que de momento no podría explicar del todo, la comida y yo tenemos issues. esto es nuevo. la comida y yo nunca tenemos issues (aunque habrá que ver qué dice ella), siempre nos hemos llevado bien. podíamos estar mucho tiempo varias veces al día juntas.

ahora no.

la miro. me mira. hacemos el intento de acercarnos, pero no podemos durar mucho. mi refri está lleno de cosas a medias. mi panza también.

y no es por comer sola, porque también me ha ocurrido con compañía. simplemente algo no hace click.

pero ayer.

ayer mi amiga claudia me preparó unas rajas con crema, queso y elote. comencé a comer y dije qué rico. seguí comiendo y dije, de veras qué rico, comí más y dije: voy a llorar. y lo que era una expresión se volvió eso, llorar. me solté llorando. me salían las lágrimas. las rajas viéndome llorar. mi amiga viéndome llorar. me levanté y la abracé y fue en el abrazo que dije: mi mamá hacía esto, desde que murió mi mamá no comía rajas, desde no sé cuándo no comía con tanto entusiasmo.

me serví rajas tres veces. dejé de llorar para no empapar mis rajas. las rajas no estaban enchilosísimas. las rajas estaban amorosísimas. las rajas estaban ahí para recordarme que la memoria habita en nuestros cinco sentidos. las rajas estaban ahí para decirme que todo va a estar bien, que la panza y yo eventualmente encontraremos nuevos modos de comunicación. las rajas estaban ahí y yo también.

 

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