Un sylvimiércoles

Los miércoles voy al voluntariado, ya lo he platicado aquí doy un taller para que víctimas de violencia doméstica escriban su historia. Me gusta y no me gusta. Me gusta porque me siento coherente, me gusta porque ayudo, me gusta porque puedo compartir lo que he aprendido a través de los años. No me gusta porque no debería existir un centro así y un taller así y relaciones domésticas así, punto. Pero existen y lo que resta es ayudar como se pueda.

El caso es que los miércoles salgo del centro arrastrando la cobija. He escuchado las historias más tristes del mundo en este lugar.

Pero ayer decidí que tenía que hacer algo por mí, para que el peso no esté en los hombros, para distraerme, para romper con la rutina. A partir de hoy, saliendo del centro, me voy a ir a la librería que tanto me gusta, voy a tomar un libro o una revista, voy a ordenar un té y me sentaré a leer por horas. Luego me iré a comer algo ligero, leeré un rato más hasta que sea hora de irme al gimnasio. Manejaré por calles distintas a las habituales, me voy a detener a ver el atardecer.

Voy a darme un sylvimiércoles de vez en cuando a cambio de los sylvimiércoles que yo he dado en el centro.

 

Seguiremos informando.

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