DULCE VENENO CRUEL

La quimioterapia es algo así como un coctel. Un coctel de venenos varios que toman de sorpresa, toman a golpes a ciertos agentes en el cuerpo para, de una extraña manera, hacer que este supere una lucha que parece perder.

La quimioterapia es el personaje principal de muchas películas.

La quimioterapia es una terapia química.

La quimioterapia es una de tantas alternativas.

La quimioterapia comenzará a habitar en nuestra familia. Alguien, alguien que tanto amo, comenzará mañana su tratamiento. Un dulce veneno cruel habrá de instalarse en su cuerpo y lo convencerá de salir avante.

ME GUSTA

Me gusta pensar que estoy sola en el mundo, que no tengo a nadie, que lo único que me queda es tratar de pintar, pintar hasta que se me cierren los ojos, pintar esperando que se derrita la nieve, pintar aunque ya no me acuerde cómo pintar.

 

Sylvia Molloy, El Común Olvido

La Gaby y El Rafa

La Gaby estuvo conmigo desde la secundaria. Era parte de mi bolita de amigas, no era mi mejor amiga pero estaba ahí, formaba parte. Era la chica con corte de Madonna a finales de los ochenta, era la que se rasuraba las piernas desde primero de secundaria, usaba copa B no apenas estábamos en segundo. Era bajita, bonita tan bonita. Morenita, con pecas. Luego estuvo conmigo los tres años de preparatoria pero ya para entonces cada una pertenecía a diferentes grupos de amigas. Fue en la preparatoria donde conoció al Rafa.

El Rafa tenía al menos tres años más que todos nosotros. En esa época las diferencias de edad eran brechas enormes. Venía de otra preparatoria de donde lo habían corrido o algoasí. Mientras a todos nosotros nos llevaban nuestros padres a la prepa o llegábamos a pie o íbamos en camión, el Rafa llegaba en una gran moto. Todo glamour. Mi memoria le pone chaqueta negra de cuero y lentes oscuros. Bien matador, él.

Se convirtieron en LA pareja. Los únicos que peleaban y se reconciliaban y se mantenían y estaban y eran. El resto de nosotros nos peléabamos y cambiábamos de novia o de novio y nos quedábamos preguntando qué era el amor.

Estábamos en el tercer año de prepa, volviendo de un verano, cuando nos enteramos. La Gaby y el Rafa se casaron. Claro, por supuesto, todos pensamos que ella estaba embarazada. Pero no, nada de eso. Ellos simplemente decidieron hacerlo y, de alguna manera, se las ingeniaron para convencer a sus padres de ello. Nunca supe entonces dónde vivían, cómo vivían, de qué vivían.

Nos graduamos y les perdí la vista. Alguna vez alguien dijo tuvieron un bebé, alguna otra vez alguien más dijo, tuvieron otro bebé. Pero nada, nada más. Está claro que no todos compartimos los mismos caminos.

Años después, muchos muchos años después, ¿supiste que se murieron?, La Gaby y El Rafa se murieron, ¿sabías?

Una historia triste.

Había un problema con el boiler, con la estufa, con el horno, no sé. Él se dispuso arreglarlo y de pronto una explosión y de pronto un incendio. Alguien dice que Gaby logró sacar a su hija mayor pero que ella, el Rafa y el hijo pequeño no se salvaron.

La niña va a vivir con sus abuelos, me dijo alguien. Me pregunto qué edad tiene hoy, me pregunto cómo le ha hecho para vivir sin ellos, vivir sabiendo que ella es lo único que quedó. Lo único no vuelto ceniza. Me pregunto tantas otras cosas más. Me pregunto si es bajita como su mamá, si tiene pecas, si es de risa fácil como su papá. Me pregunto cómo es la felicidad que toca de cuando en cuando.

Hoy, tal vez porque estoy en un pequeño reposo de paz y alegría. Hoy, tal vez porque siento que estoy construyendo mi propia familia. Hoy, he pensado en ellos.

el de casi catorce

540763_581259585232965_234120730_nMe vuelve absolutamente loca. Pasa mil horas frente a una pantalla, come y deja platos por todos lados, a todo lo que le pido contesta “ahorita”, “ya voy”, “luego” y el “ahorita”, el “ya voy” y el “luego” nunca llegan o no llegan cuando mi cerebro dicta que deben de llegar. Su cabello es una maraña, a principios de mes nuestro debate era sobre las rastas que él se quiere hacer y que yo me niego a que tenga. Todas las mañanas lucho para que se levante y se vaya a la escuela.

Sin embargo.

Es increíble su poder de adaptación, se mueve mucho muy bien en inglés, tiene opiniones bastante maduras sobre una variedad de cosas -considerando su edad-, tiene buenas calificaciones y arma, a diario, los planes para su futuro. No le teme a nada.

Así que puedo decir que el de casicatorce es un adolescente que camina con el mundo con absoluta naturalidad.

Poema al Padre

Para Sabina, la hija, y Carlos, el padre.

sharon oldsDe pronto te imaginé
de niño en aquella casa, habitaciones oscuras
y cálida chimenea con el hombre enfrente
callado. Te movías a través del grávido aire
con tu corpórea belleza, un chico de siete años,
indefenso, avispado, hubo cosas que el hombre
hizo cerca de ti, era tu padre,
el molde con el que fuiste creado. Abajo en el
sótano, los barriles de dulces manzanas,
cogidas del árbol en su momento álgido, se pudrieron
y descompusieron y por delante de la puerta del
sótano el arroyo corría y corría, y algo
no te fue dado, o algo te fue
robado, algo con lo que naciste, y hoy
incluso a tus 30 y 40 años te llevas
la oleosa medicina a tus labios
cada noche, ponzoña para ayudarte
a caer inconsciente. Siempre pensé que
la clave fue lo que nos hiciste
de adulto pero luego recordé a aquel niño
siendo moldeado frente al fuego, los
diminutos huesos de su alma
retorcidos y fracturados, los pequeños
tendones sujetando el corazón
partidos en dos. Y lo que ellos te hicieron
tú no me lo hiciste. Cuando ahora te amo,
me gusta pensar que estoy dando mi amor
directamente a ese chico de la habitación tórrida
como si ese amor pudiese alcanzarlo a tiempo.

Sharon Olds, El Padre.

SE VENDE ESTA CASA

La D’alessio decía en su canción:

“Se vende esta casa
donde el amor tejió sus redes
donde el amor pintó ventanas
se vende esta casa…”

Lorenzo de Monteclaro decía en la suya:

“Se vende esta casa,
Con todito lo que tiene,
Se da muy barata,
Se remata se remata…”

Yo no sé qué decir. Y es que ya casi es un hecho, mi casa, mi pequeña casa, mi dulce lejana casa está por venderse. Ahí también el amor tejió sus redes, los de la amistad especialmente, nadie pintó ventanas pero aaahh cómo pintamos las paredes. No se vende con todito lo que tiene, pero se le dejaron los aires y la cocina integral. No se da muy barata pero tampoco muy cara. Se da en lo que se puede dar. Mi casa se vende.

Tengo tres años sin ir a verla, no puedo explicar lo difícil que me resulta pensar en ella. Lo mucho que batallé en comprarla, lo mucho que batallé en amueblarla y lo sencillo que fue adaptarse a ella. Cómo olvidar la olímpica mudanza que nos aventamos el Llanes y yo. Cómo olvidar las mil y una composturas que hicieron mi padre y Aguinaga en ella.

Mi casa, mi casa.

Crecí, crecimos en ella el de casicatorce y yo. Crecí, crecimos en ella Natalia y yo. Crecí, crecimos en ella Olivia y yo. Las Mafaldas la visitaron. Las Marranas la visitaron. Cuánto tejí ahí, cuánto escribí ahí, cuánto leí ahí, cuánto vi, viví y vencí ahí.

El caso es que si todo sale bien, la próxima semana esa casa se vende y con ello quemo una gran nave. Si tan sólo pudiera explicarme. Mejor, comparto esto que escribí hace diez años.

TRADUCCIÓN Y MUJERES Y POESÍA

Estoy muy contenta y nerviosa a la vez. Esta será la primera vez en mi vida que impartiré un curso de “Traducción Literaria”, algo que, a decir verdad, es a lo que me gustaría dedicarme el resto de mis días en mayor o menor grado. El curso que tomé con Rosa me sirve muchísimo para diseñar el mío. Pero ella utilizó la poesía de Lorca, y las varias traducciones de ésta, para nuestro curso. Yo no me siento capaz o dispuesta de usar a Lorca para los chicos universitarios. Le di vueltas y vueltas a mis libreros, a mi computadora, a mi instinto, ¿desde qué esquina abordar la traducción literaria?

Anoche llegó la luz: desde el tema de mujeres y poesía. He elegido a cuatro poetas, dos latinoamericanas y dos norteamericanas, todas ellas traducidas para observar las decisiones que tomaron sus traductores en términos de tono, lenguaje. Reina María Rodríguez, Alejandra Pizarnik, Anne Sexton y Sylvia Plath “visitarán” mi cátedra. Más aún, para su proyecto final los alumnos habrán de elegir el poemario de alguna poeta norteamericana o latinoamericana contemporánea para traducir.

Habremos de leer un poco de teoría, habré de enseñarles lo que hizo Mori Ponsowy con “El Padre” de Sharon Olds, lo que Jen Hofer hizo con Laura Solórzano y lo que Valerie Mejer hizo con Rachel Levistsky.

Veremos qué tal va.

Si algún lector de este lugar tiene ideas, autores o porras al respecto: bienvenidos.

FAMILIA BORRADA

Pienso en el curioso destino de la familia de mi madre, siete hermanas que murieron jóvenes, sin dejar descendencia, solo Ana y mi madre se casaron y tuvieron hijos, Beatriz y yo. Y Ana, la única sobreviviente, la única que tendría acceso al pasado familiar, ha perdido la memoria. Somos una familia a punto de ser borrada, me digo, le digo a Beatriz que se ríe y me dice que la frase es absurdamente literaria ya que, a estas alturas, ya no somos familia.

El común olvido, Sylvia Molloy.

Anne

Finalmente acabé el Diario de Anna Frank. Es una edición especial con pasajes no incluídos en la primera versión que su padre publicó. La había leído de niña pero supongo que lo leí en un estado de absoluta inconsciencia y desinterés o de mucha infancia porque había muchísimos detalles que no recordaba. El ejercicio epistolar de Anne es extraordinario, no sólo es la construcción de la vida en el anexo, o de una jovencita en los cuarentas, es la visión de una escritora en ciernes que encuentra su lenguaje y su forma.

Anne busca en la escritura su salvación pero, a la larga, es uno, el lector, quien logra salvarse

Se llamará Julia

Nacerá en algún momento del 2013 y su nombre será Julia.

No, no se trata de una hija mía, se trata de un personaje que comienza a rondar mis días. Julia es una de esas niñas que espía padres ajenos a falta de propios, escribe un diario, lee poemas de Gabriela Mistral, escribe poemas como Gabriela Mistral, tiene una cicatriz en la cara que presentará como “una mancha de café colombiano en la mejilla”. Julia vivirá con una tía que se ha convertido a una religión que a diario canta en su congregación “el señor me ama”. Julia se preguntará “¿el señor nos ama?”.

Dibujo a Julia. La busco, también, en rostros de niñas y niños a mi paso.