imagínate

Imagínate crecer una casa en donde tu mamá, cuando tu papá viaja, crea barricadas . Barricadas en  puertas y ventanas. Una lámpara aquí, un plato allá. Una caja de esto, una caja de aquello. Un fuerte en cada esquina.”Si una se abre de afuera, caerá esto y hará ruido y nos daremos cuenta”, imagina que eso dice tu mamá. ¿Qué le preguntas? “Mamá, pero ¿quién va a entrar sin permiso?” La mirada ida de tu madre mientras crea trampas para el que sea que entre. Imagínate, imagínate: barricadas en tu casa a las 12 de la noche.Tú lo único, lo único, que quieres es dormir tranquila y soñar con que nadie en tu casa ha muerto, que nadie en tu casa ha sido secuestrado, que nadie en tu casa tiene miedo.

 

fragmento de algo, no sé de qué. Mío.

al home sweet home

La próxima semana viajo al home sweet home. Bueno, ni tan sweet pues según he leído la Hermosillo está echa un lío entre las marchas de protesta, las ferias del caribe y los yaniséqué.

Estaré sólo cuatro días. Viaje relámpago para arreglar asuntos burocráticos, recoger una beca, abrazar a mis padres, apapachar a mis amigas, recoger libros y despedirme de una casa.

Me vendrá bien, será un recargar energía antes del tramo final del semestre. ¿Ya les dije que defiendo mi tesis por ahí del 15 de abril?

joyce carol oates

imgres

A veces me pregunto por qué escribimos todavía si Joyce Carol Oates ya lo escribió todo.

Esto viene a cuento porque compré en diciembre dos novelas de ella que a mí me parecía que me iban a servir para la investigación-novela que hago ahora y que tiene que ver con infancia-frontera-violencia-escritura (o algo así). El punto es que comienzo a leer My sister, My love a ciegas, sin saber nada de la novela. Total a las primeras páginas, caigo en cuenta, reconozco el caso y abandono el libro para irme a internet. Ya puesta en eso me pongo a leer sobre la otra novela de Oates que tengo en cola Missing mom y bueno bueno bueno.

Me pongo a leer más sobre la autora y me doy cuenta de su inmensa escritura. Esta mujer ha narrado un mundo. Yo creo que es la única que se le iguala -en cantidad, vale aclarar- a Stephen King.

 

Joyce Carol Oates ya lo escribió todo, absolutamente todo.

 

Una y todas las Janes

imgresSi la poesía es ya una traducción del mundo, Jane: A Murder traduce el mundo de una chica que, a los 13 años no imaginaba que su cuerpo sería abandonado sobre la lápida de un desconocido. Este libro traduce el horror y el desconsuelo que el asesinato de Jane Mixer –y de seis chicas más- deja en almas y familias y amigos y casas y ciudades.

Maggie Nelson logra acercarnos, con una insólita y violenta belleza, al antes y al después de una muerte cruel. Jen Hofer plantea que la poesía en traducción “opens eyes that look different than the eyes we expected to have, and through them ignite us to see differently as well”. Mi apuesta con esta traducción es que sus lectores vean con ojos diferentes un caso que es muchos, un caso que es todos, Una y todas las Janes.

 

Sylvia Aguilar, Traduciendo a Maggie Nelson

NOS QUEDA UNA NIÑA

La historia de mi hermana ya no es ajena a ustedes. He compartido en este lugar su ausencia y su silencio. Su regreso y su presencia. La de mi hermana ha sido una batalla larga contra un lobo feroz que digamos que se comió a sus cinco hijitos y que, bendito sea, han buscado la manera de salir de su bestial boca.

Primero mi sobrino Ib. Un año después Is. Luego conseguimos visitas con las niñas y estancias cortas de tres días. Hace una semana dos de las niñas, F la mayor y la pequeña Z, muy dueñas de sí, le dijeron al lobo feroz: nosotras también nos vamos. Hubo lágrimas y jaloneos, claro, no se espera menos de un lobo. Pero se logró.

Ahora sólo nos queda una niña allá. La mediana M sigue viviendo con el padre. Supongo que no estaba lista de dejar ese lugar que duele, supongo que quiere creer que las cosas tienen remedio, supongo que necesita un tiempo para despedirse de una larga vida de sinsabores. No exagero.

Pero pronto, estoy segura, mi M se irá a vivir los sabores de la vida con su madre, con mi hermana, con esa mujer que tanto admiro.

por eso te escribo a ti

principal-carmen-martin-gaite_grandeEn la gente viva uno cree, se empeña en tener esperanza, aunque sepa que se engaña. Cree uno que habrá tiempo para entenderse, que tiempo es lo que sobra, y lo va dejando un día para otro, el hablar. Por eso te escribo a ti aunque no me oyes. Porque pienso que si me sirve de pretexto (imaginando todo lo que irremediablemente nos quedó por hablar) y dado que sólo esa desesperación me mueve a comprender lo efímero de mis posibilidades para con los demás, ya es algo si, aunque tú no me oigas, a través de ti, por causa de ti me oyen los demás y les puedo decir alguna de las cosas que ma ha desvelado la tragedia de tu desaparición.

Carmen Martín Gaite en Cuadernos de todo

Boston

Pues eso, que todo indica que los dioses del olimpo (es decir los de mi universidad) han confabulado y voy a irme a leer a Boston en la AWP 2013.

Y en otras no tan buenas noticias, estoy resfriada.

¿Y tú? ¿Có-mo-es-tás-tú?

Me encontré a Diego en el pasillo. Tenía semanas sin verlo. Hablamos brevemente de esto, de lo otro. Pronto me preguntó, ¿cómo estás tú? Le contesté esto, lo otro. Repitió, ¿cómo estás tú? Yo segui con esto, con lo otro. Me detuvo en seco y me dijo: te das cuenta de que no me contestas lo que pido. ¿Y tú, cómoestástú? me preguntó y de pronto me sentí en un interrogatorio, sentada en una mesa con una luz brillante cegándome la razón.

Hubiera sido más sencillo contestar en un interrogatorio común y corriente. Decir, por ejemplo, que quien mató al Professor Plum fue el Coronel Mustard con la soga de la Señora White. Hubiera sido más sencillo, sí.

En lugar de eso tuve que contestar la verdad y la verdad me obligó a sentarme en el escalón y decir, decir lo que siento, decir lo que temo, decir lo que sé y lo que no sé.

Y Diego, mi amigo Diego, me dijo, me escuchó, me abrazó, me dijo el teamo más hermoso que he escuchado en las últimas semanas. ¿Y tú, cómoestástú? se volvió una terapia no planeada.

mi padre la tierra

… el sistema solar en torno al sol:

mi padre la tierra, una vez centro del universo,

ahora gira con nosotros en torno a su muerte,

el vaso de esputo radiante sobre la mesa,

sus últimas bocanadas.

 

El Padre, Sharon Olds.

SUEÑOS, SUEÑÍSIMOS, SUEÑOTES

Tengo un par de semanas con la ansiedad anclada de nuevo en mis piernas y en mi sueño. Le he buscado remedio: volví al gimnasio, tomo mis pastillas vegetarianas y por las noches un té adormecedor. La cosa es que las pastillas, el té, o la mezcla de ambos, me provocan sueños rarísimos que a continuación enumeraré.

1) Tengo una bebé en las manos, pero la bebé parece muñeca y yo estoy nerviosa, ¿es mía? sí, es Lía, ¿recuerdas? alguien me dice. Estoy de nervios y la bebé-muñeca llamada Lía se me cae de cabeza. No le pasa nada pero cuando la abrazo de nuevo ya es una muñeca nada más.

2) Estoy en una fiesta que parece rave y que luego se vuelve conferencia de prensa. Yo estoy en la entrada -tengo un traje sastre y mi peinadito de trenzas montadas en la cabeza que tanto amo. Reparto folletos de algo y sonrío. Un libro se presenta, no es mío pero sé que yo lo escribí porque sonrío cuando hablan bien de él.

3) Estoy en una casa con muchas habitaciones y llega Salvador mi padrino de quince años y el mejor amigo de mi papá. Le digo: pero si tú te moriste hace muchos años, en la combi, ¿te acuerdas? Sí, pero trato de hacer como que no, me dice. Tráete una chela, vamos a asar carne, me dice. Le hago caso.