this is not a novel

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  • Eight people appeared at Robert Musil’s funeral.

Ives died of heart disease compounded by diabetes.
J. R. R. Tolkien died of a chest infection while hospitalized for something else.
Callas died in Paris, of a heart attack

And was buried from a Greek Orthodox church on the Rue Georges Bizet.

Billie Holiday died of a kidney infection after years of heroin abuse.
John Singer Sargent died reading Voltaire.
A son of Ring Lardner’s died fighting with the Lincoln Brigade in Spain in 1938.

A son of Ring Lardner’s died as a correspondent when his jeep hit a land mine in WWII.

Berlin died at one hundred of old age alone, evidently.
Isak Dinesen died of what was recorded as emaciation.
This is not a novel, David Markson

sylvia vs los zombies que cayeron del cielo

  1. Tengo dos sueños recurrentes. En uno estoy en una zapatería gigante con montones de dinero e incapaz de encontrar el par que busco. En otro estoy en medio de una horda de zombies dispuestos a comerme.
  2. El primer sueño lo resolví ya hace un año así que no hablaré mucho de él. Sólo argumentaré que cuando vuelve a ocurrir encuentro siempre el par que busco.
  3. El segundo sueño (hola, Sor Juana) lo resolví anoche. Claro, sin querer. En esta ocasión los zombies no atacaban de frente, venían del cielo, caían como grandes gotas de lluvia que al tocar el piso se volvían en una plasta de colores de la cual len-ta-men-te surgían unos horribles y hambrientos zombies.
  4. (Aquí es cuando debo aclarar que en mis sueños de zombies siempre corro, siempre huyo, siempre alguien me defiende).
  5. Bien, pues en el sueño de anoche un niño me da una espada gigantesca y me dice: “esta será tu arma, esta la mía”. “Pero yo no sé usarla”, le digo, “yo nunca he matado un zombie”. El niño que no es ni mi hijo ni mi hijiistro me mira y me dice: “es hora de comenzar”.
  6. Corremos y nos defendemos. Me cuesta al principio, mis golpes no los matan tan solo los atontan y es el niño el que acaba lo que yo comienzo. De pronto me vuelvo un poco más diestra y yo misma estoy matando uno y otro zombie para poder escapar y subirnos a un tren sin techo. Yo, incluso, mato a dos zombies de un solo espadazo (la Michone de The Walking Dead me hace los mandados) (no sé si esto también lo pensé en el sueño, por cierto). Uno, otro, otro zombie y cuando menos lo imagino tenemos la calle libre para nosotros y para escapar tranquilamente.
  7. Estamos a salvo.
  8. Entonces me dan enormes ganas de hacer pipí y me despierto, voy al baño casi a ciegas y cuando vuelvo a la cama no lo puedo evitar: sonrío. Sonrío porque ahora ya hasta en sueños soy valiente. Eso, eso es lo que me ha dejado el 2013.

cosas que no van a cambiar en el 2014

  1. Caramel Machiatto alto con dos de azúcar morena o
  2. Spiced Chai Latte mediano, sin azúcar.
  3. Calcetas largas de colores y dibujos infinitos.
  4. Dormir sobre el hombro izquierdo.
  5. Caminar y oír libros (critíquenme, no me importa).
  6. Oír todos los lunes All songs considered con Bob Boilen.
  7. Leche de soya de vainilla. A veces leche de almendra.
  8. Té negro helado con harto limón everywhere I go.
  9. Usar la banqueta derecha desde Yandell hasta Hawthorne y luego cambiar a la izquierda justo en Shuster.
  10. Tomar la mano de Barbudo en el supermercado.

el desfile de las rosas

El primer día del año siempre nos levantábamos tarde, tardísimo. Yo, no sé por qué, amanecía siempre en la cama de mis papás. Cuando yo abría los ojos la tele ya estaba prendida. El Desfile de las Rosas. Mi Mamá traía comida a la cama. Mi Papá hacía bromas y yo veía uno otro y otro y otro carro decorado. Sabía poco de futbol americano. Sabía poco de muchas cosas pero sabía que el amanecer ahí, entre mi padre y mi madre, era mi desfile de las rosas.

Hace mucho más de treinta años de eso.

Hoy, 1ero. de enero de 2014, amanecí en la sala de nuestro departamento al lado de mi Barbudo, abrí un ojo y por ahí deambulaba mi hijo, abrí el otro y vi el desfile de las rosas que hemos construido en dos años.

TATUAR

Escribir es ir hacia la herida para curarla con veneno.

Los dioses lamen poemas y escupen oraciones.

Cuando no escribí encontré mi reflejo en el ojo ciego

de un caballo. Mi madre no ve las frases que tatué

en su vientre.

 

Natalia Litvinova, Todo ajeno

CONSTRUYO, CREO, AMO

Entre el 2012 y el 2013 enfrentamos muchas cosas. Mi Barbudo se vio cara a cara con la quimioterapia. Mi madre enfermó de cáncer, mi padre y sus huesos también enfermaron. Lo más triste: mi hermano, mi amado hermano mayor murió.
Murieron también, el papá de Barbudo, el papá de Sabina, mi amigo Rafa.
Aparecieron, de pronto, mi sobrina Hazeel, su esposo y sus dos nenas.
Giro de Tuerca.

El mundo como yo lo conocía, pues, se derrumbó. Tal como los mayas dijeron. Pero el derrumbe, como todo derrumbe, deja un espacio para construir, para creer, para amar.

Construyo, creo, amo.
No hay más.

el episodio de la tortuga

Cuando era pequeña, digamos que tenía entre 5 y 7 años, nuestra mascota era una tortuga. Sigo sin entender 1. por qué teníamos una tortuga y 2. qué gracia puede tener una tortuga como mascota. La nuestra se llamaba Burocracia, en honor claro a la tortuga de Mafalda.

La burocracia vivía en el patio y comía lechuga.

Aquí es cuando yo les explico que mi hermana y mis dos hermanos están pegaditos en edad. Nació el último de ellos y como trece años después: yo. Entre ellos había una complicidad de la que yo sólo era testigo. Tenían su mundo; no importaba: yo tenía el mío. Ellos iban y venían. Yo sólo estaba en casa, jugaba con las vecinas, me entretenía con mi universo.

Una vez ellos se fueron a la playa con sus amigos, yo me quedé en casa con mis padres. Por la tarde, cuando llegaron, dejaron un montón de cosas, todas llenas de arena. Ahí fui a descubrir esa misteriosa caja blanca de un material que yo nunca había visto en la vida, parecía un cofre con su tapa y todo, adentro había agua. De pronto, un golpecito en el pie. Era Burocracia.

Cuando pienso en ese momento lo imagino así: miro a Burocracia, miro el cofre blanco, miro a Burocracia, pienso en el agua, miro a Burocracia y la tomo con mis dos manitas y la deposito dentro del cofre blanco.

Una tortuga + agua = felicidad.

No sé quién la encontró ni cuánto tiempo después pero sé que fui la sospechosa número uno. ¿Tú pusiste a la tortuga en la hielera? Asentí. No sé si me regañaron, la verdad no recuerdo más. Sólo sé que después de eso la Burocracia se enterró a sí misma en lo más profundo del patio y no volvió a salir jamás.

Hoy tuve un momento triste, un momento conmigo, esos que llegan de la nada. Tuve ganas de que una niña me metiera a una hielera en agua fría y luego enterrarme a mí misma en lo más profundo de la tierra y no salir jamás.

Pero yo no soy Burocracia.

el señor insomnio ha vuelto

La verdad no lo extrañaba, dormía plácidamente en su ausencia pero hace unos días volvió. Llegó tímido, una noche sí una noche no. Luego se puso soberbio, me deja dormir un par de horas y a las cuatro de la madrugada, pum, me despierta, es como un codazo en el inconsciente. Me despierto y luego me cuesta dormir. No vale contar borreguitos, me distraigo pensando en una y mil cosas. Los papeles que nos legalizarán al Hijo y A mí. El empleo. La novela. Los trastes. El syllabus. Mi hermana. Mi hermano. Mi otro hermano. Mi mamá. Mi papá. El gato que vive en el edificio y que no podemos adoptar.

No quiero estar de malas. No me quiero pelear con el Señor Insomnio. Seguro que vino a decirme algo, sólo que aún no sé bien qué chingados es.

un top ten

Esto es algo inusual. Se siente como cuando en la primaria te eligen para decir el Juramento a la Bandera en una fecha especial. Entre que me sonrojo un poco solo de decirlo.

Mis Nenitas, esas fierecillas no-domadas, se colaron en la Revista Marvin del DF dentro de una lista de libros del 2013. Y aunque la satisfacción más grande es cuando me escriben conocidos o desconocidos para decirme “me gustó tu libro” esta otra es una satisfacción también redonda y gorda.

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