Mi alma es un palacio de piedra donde habitan los ausentes, trayéndome la sombra de sus cuerpos para alivio y compañía de mi vida.
Mi alma es un campo devastado donde el rayo quemó hasta las raíces, y donde no puede florecer ni el cardo.
Mi alma es una huérfana loca que anda de tumba en tumba, buscando el amor de los muertos.
Teresa Wilms Montt, citada en Los Malditos editado por Leila Guerrero