entre el extrañamiento y el entrañamiento

me choca no tener razón. más aún, me choca que otra gente la tenga. por ejemplo todas aquellas personas que hablan de las etapas del duelo, las odio a todas porque tienen razón, ocurre exactamente así: negación, rabia, negociación, depresión y aceptación.

sigo sin tener claro si pasé por la negación y creo que la negociación fue corta, pero la rabia sí que estuvo y estuvimos ella y yo ancladas un buen rato. inició el 2 de noviembre de 2019 y se cerró el 31 de diciembre de 2021. soy virgo, no me juzguen, tengo memoria para lo que me conviene. lo cierto es que yo pensé que la depresión había pasado ya, que había coexistido con la rabia. y no imaginaba que volvería o que no se hubiera ido.

bueno, no creo que sea depresión, creo que es tristeza. creo que una vez que la rabia de lo ocurrido (lo doblemente ocurrido) ha pasado, la tristeza se ha dejado ver, nunca se fue solo que había otras prioridades.

todo esto para decir que estoy triste, van a cumplirse dos años y aunque he estado triste (pero también enojada) por tu primer partida, toca el turno de asumir la otra, la rotunda. estoy triste porque te extraño. te extraño porque te quise te quiero te voy a querer siempre porque así es el corazón, una casa que aún en la ausencia le mantiene la habitación tal cual a quienes llegaron a habitarle.

vivimos momentos entrañables, se acerca el que más esperábamos, la graduación del hijo. dice que no quiere ir a la ceremonia ni nada al respecto. me enoja un poco pero lo respeto, supongo que también deep down me alivia, así no estaré ahí parada volteando a la silla de la derecha donde, seguro, te hubieras sentado.

una cosita más. ¿dónde quedó la cremita esa mágica para mi dolor del hombro? ese dolor también ha vuelto y no es casualidad.

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