mi barrio me respalda

mis afectos crecieron descomunal y hermosamente en el último año o dos. mis afectos son como tienda departamental. mis afectos viven en la Texanía, en Sonora, en CDMX, en Xalapa, en Houston, en Pennsylvania, en Canadá. pero también hay afectos en Colombia, Argentina y Ecuador, afectos que inician, afectos con quienes aún no me siento por horas y horas a hablar de todo y nada con té café cerveza vino. pero afectos al fin.

mis afectos trascienden el espacio sideral. hay algunos que no veo pero que sé que están ahí y se acercan, rondan, se vuelven ese rayito de luz a través de la ventana.

mis afectos me han cuidado, me han escuchado, me han hecho escuchar. mis afectos han cargado cajas y quejas, me han mandado audios terapéuticos o canciones hermenéuticas. mis afectos me han demostrado, más de una vez, lo genuino de su cariño, lo descomunal de su corazón. también me han hecho fortalecer los míos: el cariño, el corazón, es decir: estar a la altura.

mis afectos son el barrio que me respalda y para una que creció un poco a solas, como si hija única, para una que siempre fue una papa para hacer nuevas amigas e -en la primaria, la secun, la prepa, la universidad, la maestría…- para una que pareciera autosabotearlo todo, sentir esto, sentir a las amigas, sentir el genuino respaldo ha tenido un efecto increíble.

si hiciera yo aquí una lista de mis afectos, de todxs y cada una de aquellxs que me ayudaron a estar aquí frente  a esta ventana en el primer domingo de enero, el internet explotaría. así de poderoso mi barrio que me respalda.

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