pronto nada

En Cuando las Palomas Cayeron del Cielo Sofi Oksanen escribe: “Pronto las tiendas desvalijadas por el Ejército Rojo serían reabastecidas, abrirían sus puertas, y al otro lado del mostrador las vendedoras envolverían de nuevo las compras en papel, se repararía la depuradora de agua, los puentes se erigirían en su sitio, todo lo robado, destruido y sacrificado regresaría a su estado anterior, como una película proyectada al revés.”

Pienso en Ciudad Juárez, la ciudad al lado de la línea. Pienso en como calles y tiendas han sido desvalijadas, los mostradores se erigen solos en calles y banquetas. Nada se vende en ellos. Nada vende en ellos. El agua es oscura, los puentes se cruzan con miedo. Hay rincones en Ciudad Juárez en que no hay nada en su sitio. A Ciudad Juárez la han robado, destruido, sacrificado. Es una película que nadie quiere proyectar.

Oksanen agrega: “La ciudad había sido desangrada y en los caminos abundaban los caballos muertos y los cadáveres de soldados en los que los escarabajos hacían estragos, pero todo aquello desaparecería.” Pienso como en Juárez y en el resto del país las ciudades se desangran, en los caminos abundan las cenizas de muertos, los soldados esconden cadáveres que ni los escarabajos se atreven a tocar. Todo, todo desaparece.

El mío es un país en el que pronto no habrá nada. Pronto, nada.

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