Me acuerdo que la primera vez que la leí, la amé. Me pareció genial porque en esa época yo tenía mi vista puesta en que “de grande” iba a ser Historiadora y tal. Me leí otras novelas de ella y bueno era mi autora favorita en esa época del casi boom de narrradoras mexicanas y así y así y así.
Y ahora veo, no sin tristeza, que no aguanta la relectura. Hasta de malas estoy por cosas de aquí y de allá, minucias tal vez pero que a fin de cuentas conforman el cuerpo entero de la novela. El caso es que ahora no sólo tengo que terminar una novela que no me está gustando para nada sino que el colmo es que tengo que escribir de ella para una clase.
Pfff.
A La familia que vino del… me dan ganas de mandarla al…
Te entiendo perfectamente. A mí me pasó lo mismo con el agravante de que “La familia…” fue una de las novelas que escojí para incluir mi disertación. Sin embargo si consideras la novela como un intento de las voces femeninas/escritoras mexicanas por integrarse al discurso literario que intentaba dar a forma al México de finales del siglo XX (finales del PRI) pues… me parece que se le pueden perdonar las obviedades y los poco sofisticados recursos narrativos. No lo sé… eso es lo que pienso pero yo no soy escritora.
Sí, sabes que la primera vez que la leí, hace doscientos años, la amé de principio a fin. Y es curioso que no se sostenga en mi relectura en muchos detallitos. Pero sí le doy el crédito de aventurarse en este terreno. Me quedo de todas maneras con La mañana debe seguir gris, creo que de la época, del género y de la autora se quedará como una de mis favoritas de favoritas. Lo digo como escritora, como lectora, como mujer, como virgo, como… et al…
Gracias por escribir de nuevo, júrame que vendrás al congreso y que ahora sí nos conoceremos! O tal vez yo tenga ya que ir a la cucumberlandia por ti?!
Sí, estoy de acuerdo contigo, nos quedamos con La mañana debe seguir gris. Para ser una obra “primeriza” es muy buena.
Espero ir al congreso y si no voy, pues tendrás que venir a Cumcumberland.