10 RAZONES PARA LEER A J.M. COETZEE

 

Vivo, sufro, aquí estoy.

J.M. Coetzee, En medio de ninguna parte.

 

1. Porque su vida se  está en su escritura, sus novelas cuentan indirectamente el drama que ha vivido como testigo y protagonista en una Sudáfrica que pocos podemos entender. Su mirada nos muestra todas las aristas de un país que apela a la sobrevivencia. Pienso en la línea autobiográfica que recrea en tres libros: Infancia, Adolescencia y Verano.

 

2. Porque cuenta historias en las que, sin concesiones, exprime el verbo y nos habla la civilización contemporánea. Sus novelas son una mapa donde se sitúan en norte y sur: la pérdida y la violencia, en este y oeste: la sobrevivencia y la perseverancia. Estos puntos cardinales muestra la condición de vivir en abismo, en el límite único de la existencia: la muerte o la enfermedad, la muerte o la soledad.

3. Porque sus personajes parecen el mismo y no lo son. Somos nosotros y no lo sabemos. Su personaje es, sin importar su edad o el género, un abrumado por nuestro tiempo, pero a la vez iluminado por la poesía más sublime. El autor logra hacerlos hablar o describirlos con una especie de dulzura narrativa que uno cree imposible en un contexto donde hay devastación. Pienso en la imagen del Michael K. empujando a su madre en medio de la nada para llevarla de regreso a su pueblo. Pienso en el profesor abrumado por ensayo sobre los orígenes del estado con un vestido rojo como espectáculo divino. Sus personajes “son una conciencia inquieta y más que eso”.

4. Porque sus libros son novela y ensayo, son novela y poesía. Su escritura es siempre una reflexión del ser y el tiempo. No narra episodios históricos. Deletrea la devastación como una metáfora del mundo entero, la sociedad en un escenario extremo. Sus libros, sin embargo, no están escritos con cólera, sino con pasión. Se sume en su escritura la ética y la estética de la manera más sutil. Algunas de las novelas y ensayos de Coetzee son: En el corazón del país, Vida y época de Michael K, Esperando a los bárbaros, Foe, Doblando el cabo: ensayos y entrevistas, El maestro de San Petesburgo, Desgracia, Infancia, Juventud y La edad del hierro, Elizabeth Costello, Diario de un mal año, Hombre lento.

5. Porque sus narradores hacen preguntas, y sus personajes no tienen respuestas. Sus frases obligan siempre a un monólogo interior o a un diálogo imaginario con el autor. La literatura de Coetzee invita al diálogo, cuando él dice: “No está en nuestro poder cambiar la forma del estado y es imposible abolirlo porque, frente al estado, somos, precisamente, impotentes” yo sólo pienso en mi país y en la impotencia que como ciudadanos hemos sentido tantas y tantas veces.

6.  Porque dentro de todo ese mundo que habitan sus personajes, ese campo de guerra que son las calles de la ciudad o los caminos en la carretera, el autor encuentra la belleza del mundo. La belleza está en las palabras en los actos, en la posibilidad de respirar, en encontrar la empatía en un perro, una mujer bella en una lavandería automática, la sonrisa de un labio leporino. Leo un fragmento.

7. Porque su obra es también una exploración narrativa. Sé, cuando voy a  iniciar una novela de él que me espera una sorpresa en su estructura. Busca la forma adecuada a sus personajes, la innovación sin que ésta sea la protagonista. Narradores en primera persona visitados por narradores omniscientes. Voces sin nombre que van cobrando forma mientras se avanza. Ensayos que no son ensayos sino el monólogo interior de sus sesudos personajes. Formas que siempre terminan siendo una extensión de la trama misma.

8. Porque en sus novelas la condición de la existencia es universal, el predicamento de sus personajes es psicológico, social, existencial y político. El escenario exterior e interior de sus personajes siempre representa una lucha de sentidos y requiere un acto rebelde o bien la admisión de que nada va a cambiar y nada se puede cambiar. Sus temas son variados: relaciones de poder dentro y fuera de la familia, la delgada línea entre realidad e imaginación, la incapacidad de padres e hijos de dañarse el uno al otro, dicen que en su obra se observa el postulado de Darwin, la sobrevivencia del más fuerte sí, pero con un costo emocional.

9. Porque el suyo es un nuevo Realismo.

10. Porque sus novelas son sobre la vergüenza, sobre el poder, sobre el deseo, sobre el cuerpo, sobre la humillación, sobre la soledad, sobre la mentira, sobre la novela misma, sobre los síntomas todos del mundo contemporáneo y yo creo que nadie, en los últimos diez años, ha escrito sobre esto, de manera más contundente que J. M. Coetzee.

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