HORMIGAS EN LA CASA ( attack of the killing ants)

Hay quienes dicen que soy un tanto obsesiva con la limpieza (y con la comida y con el orden y con…). Se burlan de mí porque cuando voy al mandado lo que llevo con más gusto son los productos como: cloro, lysol, pinol, windex y ajax. Pero bueno, así soy. Y eso que no saben que una vez a la semana, por la mañana, sacudo montones de ajax en mi regadera y echo un poquitín de agua… y todo el día estoy pensando que quedan pocas horas para volver a casa y… cha ca cha chán, ponerme a cepillar a rodilla pelona el piso de mi regadera feliz y extasiada…

Bueno, esto sirva para decir que mi casa no es sucia.

Por lo tanto.

No entiendo, no señor, no-en-tien-do porque hay tanta pinchi hormiguita en mi casa. Sí, desas chiquititas rojas que de lejos ves tiernas pero que si te pican ah jijos cómo duele. Cual niñitas margaritaprimavera: maldito mordidón en el dedo gordo!

Total que ahí están.

Primero les dio por entrar por un huequito en la puerta de la cocina. A limpiar, limpiar, limpiar: cloro, pinol, cloro, pinol… lysol para matar gérmenes… cloro, pinol, cloro, pinol… Doña Silvia (mi amá) me dijo que les pusiera un limón cortadito y que no se acercan: ¡Eureka!

Pero luego les dio por entrar por la puerta principal y hacer un camino muy conceptual hasta la mesa del comedor y, ¡asco!, hicieron un parque de diversiones ahí arriba… todo por culpa de un chicharito viejo que debe haber dejado mi chicharito apiñonado. Va: cloro, pinol, cloro, pinol…lysol, cloro, pinol y rebanada de limón.

Acabé con un porcentaje de la población hormiguesca de mi casa. Dije bien: un porcentaje solamente. Anoche llegué y había cuatro hormigas en la alfombra, seis en la regadera, tres en las patas de la mesa, dos en mi recámara y yo entre histérica y preocupada… eran pocas pero ¿por cuánto tiempo? ¿Sobreviviré el ataque de las hormigas asesinas?

Y estoy en el trabajo, mediocontenta porque ya es jueves, pero no dejo de pensar que yo, sylvia, tengo hormigas en la casa.

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