soy una señora que no sabe ser señora

a veces quisiera ser de esas señoras que compran bolsas reciclables de las que venden por .99 centavos en el super para usar y reusar cada vez que hacen súper. las veo caminar muy sonrientes, orgullosas por su capacidad de ser señoras que cuidan el medio ambiente y luego me veo a mí con el chingo de bolsas de plástico que, eso sí, hago nudo y guardo para después colocar en mis botes de basura o reusar de otras maneras menos inteligentes.

a veces quisiera ser de esas señoras que saben perfectamente qué hacer cuando se bota algo en la electricidad, se rompe un vaso, se cae un cuadro, se lastima un hijo, un marido o se poncha una llanta (sí, come on, somos menos las taradas que no sabemos qué hacer cuando se poncha una llanta).

pero no soy.

yo tengo una caja llena de bolsas de plástico que seguramente nunca voy a usar. yo lloro cuando se me poncha una llanta y me siento la más imbécil por saber la teoría pero no la práctica. yo llevo a alguien a emergencias dos días después de la emergencia y aunque me regocijo de que la cosa fue prevenida casiatiempo me pego en la frente pensando en los quétalsino.

no soy una señora que guarda la cordura o que llora cuando se debe llorar.  yo me hago pelotas yo guardo el llanto y la cordura la saco cuando ni se necesita. no soy una señora que sabe pedir ayuda, sé darla, pero no pedirla. no soy una señora que se permite tener errores y se mueve a lo que sigue.

no.lo.soy.

yo, lo admito, soy una señora que no sabe ser señora, pues.

*se va con sus lentes de señora y sus zapatos cómodos de señora a checar el pinche switch que se botó y que no deja prender la luz de la cocina ni el triturador de la comida.

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