SILENCIO (relatillo)

Cuando llegó tu carta, mamá la leyó para todos nosotros en voz alta. Cuando terminó, ninguno de nosotros se atrevió a levantar la cabeza, a cruzar miradas. Ninguno emitió siquiera un suspiro. A la casa la devoraba el silencio de siempre y sin embargo, no era el silencio de siempre.

Era otro.
Uno nuevo.
Un silencio que no podría describir. Un silencio que cualquiera se hubiera negado a experimentar.
Mamá dobló la carta y nosotros las razones.

Pasamos el resto del día con las manos en distintas labores y la mente, la mente en otra parte.

¿El silencio? El silencio se quedó ahí. Vive con nosotros desde esa última vez que escribiste.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *