Tengo un largo historial de aviones perdidos, cambios de ruta, retrasos y locuras varias. La verdad es que siempre que me subo a un avión termino en Tijuana o en Dallas. El vuelo a Cd. Victoria se complicaba un poquito en horarios y horas de espera, era toda una travesía para sólo 24 horas de estancia. Soy miedosa, paranoica y ansiosa, y mi panza de pronto me dijo: no, se nos está complicando innecesariamente.
Me puse triste, no miento, entonces el Barbudo me recordó que como ya tenía yo quien sustituyera mis clases simple y sencillamente agarrara mis chivas (libros, tenis, compu, libreta, ropa) y me lanzara con él a la montaña. Y henos aquí en una montaña que a ratos tiene wi-fi (believe it or not) celebrando de manera natural una victoria aunque sin ciudad victoria y sin victorias.
Este es mi primer premio nacional, esta es mi primera novela concebida como tal desde el inicio, este es un momento de victoria, sí.