Todo eso es yo

El año pasado me dieron una beca para escribir una novela. Dentro de diez días tengo que entregar la versión final y no estoy preocupada. La dejé descansar todo diciembre y entrandito enero la retomé: revisar, corregir, escribir y reescribir. De pronto la historia de Julia es la historia de una niña que es todas las niñas, es decir todas las niñas que viven en una ciudad en la frontera donde abundan las muertas, los muertos, los balazos, el miedo feroz que, sin embargo, se sobrevive viendo a Hanna Montana.

La entrego y la dejo descansar, acomodaré a Julia en un cajón y tomaré aire para irme a andar en bicicleta, para caminar en el centro, para volver a yoga, para -demonios- darle frente a frente a ese otro proyecto que se asoma en mi ventana.

De veras que todo eso es yo.

 

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