PIT STOP

En las carreras de autos cada corredor tiene un equipo que se asegura que todo esté bien mecánicamente en el auto. Después de una dos tres cuatro ocho vueltas el piloto se enfila a lo que se llama pit stop para cambiar las llantas, hacer leves reparaciones o ajustes, hay incluso situaciones en las que cede su lugar a otro piloto. El pit stop es un lugar paralelo al circuito, es la red de apoyo. Ahí los miembros del equipo dicen: “vas bien, campeón” o “hay que dar más para poder ganar esta carrera”.

Esto lo sé por mi hermano, a él le encantaban las carreras. A veces se levantaba a las 5 de la mañana en fin de semana sólo para verlas en vivo por sus canales de cable. Tenía incluso un casco, no que lo usara para correr autos, era simplemente el placer de tenerlo. A veces se lo ponía y bobeaba un rato con él.

Mi hermano murió hace casi doce días y lo que yo más necesito en estos días es un pit stop, un espacio paralelo a esta carretera que es la vida donde un equipo haga reparaciones, ajustes, tome mi lugar o solo me diga “todo va a estar bien, solo hay que dar más”.

Queda claro que la vida no es como el Fórmula 1. Y yo, en definitiva, no soy ni seré como Nicky Lauda, capaz de volver al auto después de las llamas.

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