Ayer en la primera junta general de la primaria del de seis (y medio) la directora, preocupada por el tráfico frente a la escuela ca-da-ma-ña-na planteó una medida extrema:
“De ser necesario, mejor déle el beso a sus hijos desde su casa, en vez de que sea en el carro”.
Todas las madres guardaron un silencio alarmante y extremo.