Pero no nos agarró bichis, no señor. Ya teníamos puestos nuestros piyamas de franela y la cobija tejida por doña Silvia y las bufandas a la mano. Amo esta temporada del año, la época de las capas y capas bajo la ropa, la época de las calcetas gruesas y las botas y los gorros y los guantes y los labios resecos y los pies fríos no matter what!
Viva el invierno! Y ahora, los dejo, es hora de tejer.