En la novela Jardines de Kensington (tema para un post) un personaje hace una reflexión que me gustó mucho y que comparto a continuación:
“Es genial cuando el amor se muda a la casa vacía de nuestro cuerpo y comienza a decorarlo sin prisa y a la vez sin pausa.”
Pero como yo últimamente siempre cambio el amor por deseo me atrevo a reescribirla como me gustaría oírla:
“Es genial cuando el deseo se muda a la casa vacía de nuestro cuerpo y comienza a decorarlo sin prisa y a la vez sin pausa.”
Claro pero yo soy yo y usted es usted. Siéntase libre de elegir cualquiera de las dos opciones. O bien de agregar la palabra de su preferencia y decírsela a su persona favorita.