Todavía no llega el verano-verano y lo único que oigo alrededor son gruñidos. Veo ceños fruncidos, oigo gruñidos, escucho reclamos y lamentos. Siento una vibra pesada.
Lo bueno de todo esto es que ni los gruñidos, ni los ceños fruncidos, ni los reclamos y mucho menos los lamentos van dirigidos directamente a mí. I happen to hear them on my way to life pero no tengo nada qué ver en ello.
Y eso, señores, se siente bien. Digo no bueno qué gacho que la gente gruña y que la gente esté triste y que la gente esté enojada pero qué novedad, qué rica novedad es que no estoy en medio de ningún drama personal.
Pero bueno, apenas es martes…
grrrr…