BREAKFAST AT THE EQUIPALES

Porque aquí no hay Tiffany’s para desayunar diamantes. No en mi trabajo de lunes-miércoles-viernes uno se va con la Chata a la vuelta de la esquina pide su juguito, su licuado o la gran variedad de desayunos que incluyen huevitos, tamales, quesadillas, tortas y unos frijoles buenísimos. Uno se los puede comer ahí mismo con la Chata o bien ordenar para llevar y traer su lonchecito a los equipales que están en el bello patio de nuestro bello edificio de trabajo.

Total hoy fue una desas mañanas en que el destino nos llevó a los equipales al Edgar y a mí. Y ahí, presas de la pasión, nos pusimos a mitotear liiiindo y bonito de cierto personaje femenino que pasó a la posteridad gracias a un cuento que yo escribí, o más bien gracias a la bola de conflictos extraños que provoca cada vez que ingiere cantidades hectolítricas de alcohol. Le da por las cachetadas, el berrinche y la seducción (todo un personaje digno de un post).

Ah!, qué suave estuvo el chisme. Nuestra intención era hablar de cosas serias y profundas como el casting de tal película o la influencia de Kurosawa en…. pero no, nada como el sano chisme, el morbo y la crítica malsana…

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