Esta fue una semana-año, es decir, yo sabía que era una semana de mi vida pero fueron tantos los eventos que se sintió como un año. Por principio, de la nada alguien tocó a mi puerta (y no era el jardinero como cada quince días)y alguien más llamó a mi teléfono (y no eran ni mi mamá, ni el meza)¿sylvíssima tiene pegue ahora? Por otro lado, me enteré que mi libro se ha vendido mucho (hasta dónde llega el morbo!), bajé dos kilos, ya me adapté a mi nuevo empleo de lunesmiércolesyviernes, mi hijo lee más rápido, aprendí a cocinar fetuccini al pesto, los alumnos del tec hicieron revolución por un post y otros menos enojados y más subversivos dejaron contentos a un par de jurados gracias a sus textos, tengo un nuevo libro de ruy sánchez, un lápiz de la casa de fernando pessoa y nuevos discos de futureheads, thalia zekek, block party y de las trillizas de belleville. Fui y vine a Guaymas, terminé mi penúltima tarea y comencé ya la última, acabé de pasar promedios y como a las dos de la mañana de viernes-sábado llegué a la conclusión de que mi vida es buena.
Lo mejor de mi semana-año fue que conocí al pequeño bruno (benito) romo trejo…
El tiempo se mueve veloz sobre mi tablero… y hoy es sábado de altanoche y a comodélugar hoy me tomo una cerveza con el edgar y el vichu questarán programando rolitas a las 9 pm en radiouniversidad.