Cuenta la historia que mi madre iba a operarse la vesícula y pensó, pues de una vez me opero para no tener más hijos. Mi tío le dijo: no lo decidas sola, háblalo con él antes. Mi madre habló con mi papá y mi papá le dijo que no se operara, él quería una niña, así mero, una niña. Mi tío es un poco el promotor de mi nacimiento. Mi segundo nombre es la versión femenina del suyo. Mi tío murió hace casi cinco años un 21 de septiembre.
Cuenta la historia que todos en casa esperaban a la “hermanita”, que uno de mis hermanos tachaba el calendario día tras día midiendo la fecha de mi llegada. Hasta que nací, un 21 de septiembre a las 5 de la tarde.
De mis primeros cumpleaños sólo recuerdo uno con una piñata de la chilindrina en el enorme patio de nuestra casa en Villa Satélite. De mi cumpleaños número 20 recuerdo que me robaron el carro, en la Universidad. De mi cumpleaños 21 recuerdo una botella de vino, tal vez la primera, con uno de mis hermanos.
Los 21 tienen algo, siempre. Cada cumpleaños supera al otro, el antepasado fue lindo, el pasado fue genial, el de este año se ve extraordinario. Mi familia está lejos, pero nunca había estado tan cerca. Mis amores están en la distancia pero se sienten aquí a un lado de mí.
Mi tío, está aquí, como cada año desde que nací.