(post sin acentos porque esta maquina los ha escondido de mi)
No me gusta viajar en avion. Es un hecho. Todos los sonidos me son extraños. Todos despiertan en mi un nerviosismo antes dormido, el recuerdo de algun vuelo turbulento, la paranoia vil. No se. A veces es inevitable. Para esos casos de fobia voladora lo mejor es evitar las ventanillas.
Pero hoy no pude evitarla. El asiento estaba ya asignado, mis nervios resignados… y el gordito de al lado simplemente no quiso cambiarme, dijo que se mareaba y lo que menos necesitaba era a alguien utilizando todas las bolsas de mareo del avion.
El caso es que me toco ventanilla. Y la fobia fue superada. Que maravilla de paisaje, avanzas sobre diversos terrenos, dejas los planos del desierto y vuelas cerca del mar, cerca de las sierras jalisciences hasta llegar a los valles del centro. Una gama de colores, de imagenes. De sueños.
Se me vinieron a la cabeza todos los viajes que hice de pequeña con mis padres, con mi hermana. El unico que alguna vez hice con mi hijo. Todos los que he hecho sola. Viajar sola tiene su encanto, guardarlo todo en tu memoria es la mayor responsabilidad. Porque luego pasa el tiempo y, sentada con tus amigos, les hablaras del mosaico de colores que cruzaste para llegar ahi, donde estan ellos, donde esta tambien tu corazon.
Viajar es toda una experiencia. Que bueno que no necesite bolsa de mareo porque pude tomar las notas de este post que hoy leen.
(p.s. al lugar al que he llegado hay una computadora a mi disposicion, con red y cerca de una ventana que mira al angel de la independencia… hay algo mejor?)