MI VIDA YA NO ES PRIVADA (but so…?)

Ayer estuve con una amiga, nos invitó al hijo y a mí a comer pizza con ella y su hija. Hablamos de esto y de lo otro. Y como suele ocurrir cuando dos madres-bellas-contemporáneas se reúnen, hablamos de los hijos. Y justo cuando iba platicarle la última del enano, me dice. Sí, qué risa, lo leí…

Plop.

Este hecho despertó dos sentimientos en mí:

sentimiento A: Gusto. Sí, claro, gusto por saber que soy leída (por lo menos por mi amiga) y que sigue las crónicas de mis días.

sentimiento B: Tristeza. Sí, claro, tristeza por saber que el hecho de escribir cancelará a veces el hecho de platicar. Y como generalmente me viajo grueso, me quedé pensando en que ya nadie va a preguntarme nada de mi vida porque lo saben todo. No voy a poder decirles, fíjense que cuando fui a Oaxaca… porque no me van a pelar.

Les digo, me viajo grueso.

Por la tarde me hice dos tres cuestionamientos sobre mi no-privacidad… ¿estará bien? ¿estará mal? Pero llegué a la conclusión de que si en un principio comencé esto fue por el puro gusto (y hábito) de la escritura. Así que mi vida no es privada , so what?

También pensé que en realidad, conociéndome como me conozco, sé que nunca (nunca nunca) voy a quedarme sin algo qué platicar mientras como pizza con los amigos…

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