SE FUE

Ayer se fue el último mueble perteneciente a esa otra historia. A ese pasado. El tocador, ese tocador, se ha marchado. Salió de la casa, de mi casa. Se fue con el espejo y los cajones. Te vas, le dije, ocupas mucho espacio. Ya no eres lo que necesito. Ocupas mucho pasado. Dejó mi habitación. Lo montamos en la camioneta. Y se fue. No le quedó de otra.

Mientras lo acomodo en su nueva habitación, sacudo sus esquinas, le agradezco los ocho años de guardar mi ropa y mis secretos. Entonces y sólo entonces me doy cuenta de que sólo una loca como yo le hablaría a un mueble de madera rústica.

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