La búsqueda de empleo ha resultado más abrumadora de lo que imaginaba; especialmente porque en mi país nunca tuve que hacerlo tan intensamente, de una forma u otra los trabajos caían solitos a mis manos. Esto ha sido un ejercicio de humildad/golpetrasgolpe al ego. Me tranquiliza saber que bueno, sí, tengo trabajo como maestra de horas sueltas, pero una parte de mí quiere un empleo de adulta, uno que provea seguridad y seguro médico. Puedo seguir flotando como hasta ahora, pero ¿por cuánto tiempo? ¿Quiero seguir flotando? Por otro lado, una parte de mí disfruta la vida laboral actual, doy clases tres días a la semana y tengo dos días para preparar clase o, como lo llamo yo: paraleerescribirhacernada.
Así que busco empleo pero a lo mejor no he buscado tanto, hay algo en lo que sin duda he fallado, porque nomás no le atino a la bola. A lo mejor es hora de retirarse, de poco a poco dedicarse a una sola cosa: vivir.