Estar triste tampoco es lo que parece. Cuando pasa algo malo, pero malo de verdad, por mucho que llores, lo peor no es llorar, que eso a veces hasta está bien, porque te quedas nuevo, lo peor empieza cuando ya no puedes llorar más, y entonces te das cuenta de que la tristeza es más bien algo sucio, como un grumo gris, espeso, una pelota de barro dentro de los pulmones que pesa y la notas al respirar, todo el tiempo, porque empiezas a soñar que tu hermano está vivo, y te despiertas de puta madre…
Almudena Grandes, Estaciones de Paso.