Entre el 2012 y el 2013 enfrentamos muchas cosas. Mi Barbudo se vio cara a cara con la quimioterapia. Mi madre enfermó de cáncer, mi padre y sus huesos también enfermaron. Lo más triste: mi hermano, mi amado hermano mayor murió.
Murieron también, el papá de Barbudo, el papá de Sabina, mi amigo Rafa.
Aparecieron, de pronto, mi sobrina Hazeel, su esposo y sus dos nenas.
Giro de Tuerca.
El mundo como yo lo conocía, pues, se derrumbó. Tal como los mayas dijeron. Pero el derrumbe, como todo derrumbe, deja un espacio para construir, para creer, para amar.
Construyo, creo, amo.
No hay más.