Así se va a llamar. Ha comenzado como comienzan lo mejor en mi vida: sin planearlo. Alguien menciona disfraces en un chat y yo me acuerdo del abuelo que rentaba disfraces y se los ponía y andaba por la calle con ellos y lo demás comienza a ser invención de la invención.
Y así señores es como tengo dos días dedicada a la vida con mi hermano, aunque yo, hace siglos que no vivo con ninguno de ellos. Este hermano, el de ficción, tendrá la dosis de cariño que a los otros dos no les puedo propinar por razones que parecen vil ficción.