Me despierto. Abro los ojos. Me digo, son las cinco am sylvia qué haces despierta. Me recuerdo a mí misma: pues te dormiste a las 10 pm, qué esperabas. Me levanto, voy al baño, tomo agua, vuelvo a la cama. Mando un correo. Hago una meditación. Cuando menos pienso ya son las 630 am. Despierto al hijo, desayuno, uniforme ¿ya te peinaste? y luego en el silencio de las 730 am aquí, en esta casa, se comienza a escribir.