El otro día mi hermana me platicaba de una charla a la que tuvo que ir como parte de una materia de su posgrado. La charla fue inteligente y dura a la vez, decía a mi hermana pero seguimos con el mismo tema: El Holocausto. Ya sabes, testimonios y fotos, muy conmovedor todo. Lo que mi hermana no entendía es que cómo era posible seguir hablando del mismo tema sin traerlo al presente, sin vincularlo, sin crear un diálogo que discutiera la sociedad actual o en tal caso la sociedad futura como repercusión ya no únicamente de ese pasado sino de todos los otros que han venido a desembocar en nuestro presente.
Mi hermana tiene razón, lo digo yo y lo dice Andrés Oppenheimer en una entrevista a razón de su nuevo libro. El autor dice esto: menos pasado y más futuro. Al menos en latinoamérica que se la pasa exhumando el pasado (te hablamos a ti chávez que te ha dado por exhumar héroes y familia). El latinoamericano se la pasa en la rememoración o así lo dice Oppenheimer ” No hay nada malo en rememorar, discutir y aprender de la historia. Pero cuando la obsesión por la historia nos distrae de la tarea mucho más urgente de concentrarnos en el futuro, en la educación, la ciencia y la tecnología-, entonces tenemos un grave problema”.
No uno, muchos, muchos graves problemas. Así que de ahora en adelante: menos pasado y más futuro.
Creo que ya lo entendiste. Ahora me falta entenderlo a mi.