Ando de ermitaña.
Aterricé en el terruño hace más de 10 días y he salido unas 3 veces en periodos cortos. En principio porque tengo un montón de cosas que escribir para mi nuevo editor (querido editor anterior, sigo siendo tuya, esto es de a por mientritas) (y no te preocupes no pondría de a por mientritas en los artículos para ti). Pero especialmente porque necesito esto tiempo familiar, tiempo en casa, tiempo interior.
He hecho posesión de la habitación de abajo (Virginia, tú la llamarías habitación propia pero yo no puedo porque la comparto con todos los transeúntes que a veces se aparecen por aquí), tengo una televisión plana, tres controles remoto, un escritorio grande y otro portátil, un reposet, un futon, una mesita y espacio suficiente para mis pilates.
Esto se parece a la perfección. Y lo es, especialmente cuando el de doce pasa más tiempo aquí conmigo, cuando vemos películas o series de tv, cuando discutimos (por el chamoy o porque no se ha lavado los dientes) o cuando cada uno está en lo suyo, él en su tarea infinita,olímpicaymaratónica que le dejó su maestra y yo en este nuevo proyecto. Se siente bien.
No soy una ermitaña malhumorada, soy una ermitaña que carga energía para después desparramarla por el mundo ( o al menos por el terruño)