HAY QUE

Hay que respirar. Hay que levantarse todos los días y mover el cuerpo darle una caminata, darle agua, darle alimento saludable.

Hay que darle descanso.

Hay que leer, hay que escribir. Hay que ser e inventar haciendo lo uno y lo otro. Hay que observar (hay que hacerlo incluso antes de leer y escribir) observar fuera, observar dentro. Hay que observar, a veces, con los ojos cerrados pues ¿quién dice que no se observa también con el oler, el sentir, el degustar, el oír? Hay que.

Hay que tirar una moneda al aire, hay que dar un salto al vacío, hay que cruzar la calle. Hay que equivocarse, hay que perdonar, hay que perdonarse. Hay que corregir, hay que corregirse.

Hay que ser, intensamente ser, sutilmente ser, inimaginadamente ser, ¿cómo, de otro modo, es posible vivir?

Hay, también, que callar de vez en cuando. Hay que guardarse esas líneas, hay que dejar espacios en blanco.

Hay que. Hay que.

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