Casas, uno abandona casas, casas y lo que hay dentro de ellas. Uno abandona casas y muebles y ropa y perros y plantas y ciudades y países con todo y su idioma. Uno abandona nombres y apellidos. Se vuelve una inicial. Se vuelve poco. Se vuelve nadie. No se planea así. No amanece un día y se dice: voy a abandonarlo todo. Hoy voy a perderlo todo y quedarme sólo con mi inicial. No, simplemente sucede de a poco, despacio, lentamente. Es algo que ocurre y que le ocurre a uno. Uno abandona casas y sus muebles, ropa y sus botones, perros y su ladrido, plantas y su fruto. Ciudades y países. Nombre y apellido. Uno abandona y se abandona. Se hace nada. Se es nada.