LA PALABRA ES: AUTONOMÍA

Es la que escucho, la que mi cuerpo dictaba pero no escuché. Cedí. Vi, viví, está bien, tenía que hacerlo. Aprender. Equivocarse una, dos veces. Una tercera ya no.

Ahora, vuelvo a ella, a la palabra. A la palabra que, en realidad, más conviene en estos tiempos. Volverse único dueño del tiempo y del espacio.

La palabra, digo, es autonomía. La escuché de Coultas. La hago propia.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *