“Y es por eso, nada más por eso, te lo juro Maximiliano, que dicen que estoy loca. Es por eso que me llaman la loca de Miramar, de Terveruen, de Bouchout. Pero si te lo dicen, si te dicen que loca salí de México y que loca atravesé el mar encerrada en un camarote del barco Impèratrice Eugènie después que le ordené al capitán que arriara la bandera francesa para izar el pabellón imperial mexicano, si te cuentan que en todo el viaje nunca salí de mi camarote porque estaba ya loca y lo estaba no porque me hubieran dado de beber toloache en Yucatán o porque supiera que Napoleón y el Papa nos iban a negar su ayuda y a abandonarnos a nuestra suerte, a nuestra maldita suerte en México, sino que lo estaba, loca, y desesperada, perdida porque en mi vientre crecía un hijo que no era tuyo sino del Coronel Van der Smissen, si te cuentan eso Maximiliano, diles que no es verdad, que tú siempre fuiste y serás el amor de mi vida[…]”
De Noticias del Imperio. Fernando del Paso