Me voy, me voy, me voy.
Maleta, compu, berry, libreta, libro y yo nos vamos de viaje a La Otra Ciudad. Estaré de pata de perro una tarde, los siguientes días me aplicaré como niña buena en un curso al que me he inscrito y si todo sale bien una de esas tardes, saliendo de la cátedra sobre los retos y desafíos tomaré rumbo hacia un lugar conocido y desconocido a platicar, oír música y admitir que de la ficción se va a la realidad y al revés.
Voy a la ciudad que habitaron los abuelos y las abuelas, la ciudad con sus restos y sus cenizas. La ciudad de los tíos y del hermano. La ciudad donde el metro parece una gran libreta en la que hay que escribir.