LA VENA MÁS MORADA DEL MUNDO

Y bueno el estrés y la mala alimentación finalmente le cobraron la factura a mi cuerpito. El domingo en la noche me tuvieron que llevar a la Sala de Urgencias del hospital pues la susodicha presentaba un agudo dolor abdominal, náusea y temperatura que parecían dejar clara su existencia. No soy buena cuando se trata de dolor físico.

Descubrí dos cosas:

1) ninguna sala de emergencias de hospital se parece a las de la TV, digo ya lo sabía pero ya lo sé más. Los doctores no son guapos ni amables, no hay un drama sentimental del que uno sea testigo (bueno, con los doctores porque la señora que estaba a un lado de mí no dejaba de contar historias dignas de mil episodios en al tele). no hay romances a la vista ni nada por el estilo. a nadie le interesa si vienes sola, acompañada o si tienes deseos de superación.

2) mis venas son casi imposibles de localizar y de desangrar. tengo al menos 5 picotazos en ambos brazos y un antebrazo casi morado por la infinidad de intentos que llevó a cabo el enfermero ese de quien tomé la placa para que mis pacos-leos le den una paliza. dios qué dolor.

No me he recuperado del todo (ni del dolor ni de la dignidad) pero ya vine a trabajar porque no habia más remedio, así que hoy estoy en la oficina con dolor en la boca del estómago y la vena más morada del mundo.

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