JUMBO

Ayer finalmente fuimos a ver Shrek Tercero. La experiencia fue menos difícil que cuando vimos el Hombre Araña 3. El flaquito y yo rompimos el cochinito y compramos por primera vez el combo jumbo. “Recuerda, las palomitas con mantequilla Y con salsa”. Encontramos un buen lugar. Los niños alrededor corrían, gritaban, pataleaban. Había uno que berreaba “¿a quién se le ocurre traer a un niño que llora tanto?” Finalmente la película empezó, para entonces un cuarto del bote de palomitas había desaparecido, ya me habían regañado dos veces por confundir el popote y me había peleado con una señora por un asiento. Me reí, sí. No tanto como en la primera, pero me reí. Pero lo mejor es oír reír a tu hijo de ocho años y oírlo decir: “esta sí fue diversión jumbo”.

La recomendación de siempre: si no le queda de otra más que ver películas infantiles, trate de ir en las funciones más tardías, créame, no se arrepentirá.

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