Después de las carreras, después de dos semanas de lee y lee, escribe y escribe pude tener un fabuloso fin de semana. Me levanté como mínimo a las diez de la mañana sábado, domingo, lunes y martes. Mi casa no había lucido tan limpia y arreglada desde enero. Mi vida no había lucido tan tranquila y arreglada desde nunca. Seguramente el medicamento debe llevarse su crédito, pero no le neguemos el suyo al puente, a la quincena, al buen humor del hijo, al vino con la trejo, a los hot cakes de mamá, a las pizzas y a los juegos de mesa con los aguilar, a los brownies con las godoy, al control remoto, al té helado, a las páginas de Fuguet, a las tostadas con picadillo, al aire fresco de las seis de la tarde.
Estos son los créditos que me gustan.