A finales del semestre pasado mi tutora de la maestría me informó que de las materias que ofrecerían el siguiente semestre sólo una era de mi área, por lo tanto acomodó las cosas para que se me permitiera llevar una materia de la especialidad de Etica que me revalidarían, además la materia sería impartida por quien parece ser una excelencia en teoría ética. Vale, me inscribo.
Comienza el semestre y básicamente desde el 9 de enero me doy cuenta de que sólo una pregunta revolotea en mi cabeza: ¿por qué-demonios-estoy-llevando-esta-materia? No se me malinterprete no estoy en contra de los fundamentos éticos ni nada por el estilo (eso, y es gracioso, sería una falta de ética) pero tengo una novela a cuestas, seis grupos, un hijo de siete años que lee, escribe, suma y resta pero necesita aún que le hagan desayuno-comida-cena, y otra materia llamada análisis del discurso que implica ponerse al tú por tú con Foucault y de pechito con Pécheux… tengo muchas lecturas pendientes (para la novela y para mi vida en general) y eso de detenerme a resolver casos -sobre pacientes que quieren ayuda para suicidarse- de una manera ética me causa conflicto. Estoy a punto de creer que yo misma me convertiré en un caso a resolver dentro del programa de la materia.
¿Cuál es el dilema?
Pues que podría darme de baja de la materia y punto pero eso significaría atrasar un semestre más la -anhelada- graduación de la maestría… es decir, me podrán decir MEH hasta mayo del 2007… y una parte de mí odia esa idea. Pero hay otra vocecita que me GRITA que no hay prisa que me la lleve con calma, que ya sabemos todos que sería capaz de hacer eso y más pero que el cuerpo, la mente, el hijo y los corn pops mandan y que mejor le diga farewell eticamente a la ética.
y usted… ¿qué haría? Se aceptan sugerencias, comentarios, preguntas, recetas y estampitas milagrosas de san judas o de santa teresita descalza…