TRES, TRES, TRES

Tres semanas sin cafeína (y no por convicción propia).
Tres.
Tres.

T R E S…

No sé cómo no me ha dado por convertirme en serial killer, lo juro.
Me lamento constantemente mientras suspiro por un capuccino del Olympus.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *