Quien me conoce sabe que yo no podré hacer reposo total. Así que después de mucho meditar, de escuchar las opiniones de mis fuentes de madurez he decidido adulta y responsablemente entregarme a las manos de algún médico interno que pondrá un horroroso yeso en mi tobillo derecho para que este finalmente se mejore y no me dé lata en lo que resta del año (que promete ser traqueteado).
Ni modo.
Insisto: se aceptan e mails, llamadas, mensajes y tupperwares con lonchi (vegetariano plis).