Esto no sucede siempre, no siempre obtienes todo el paquete: temblor, tartamudeo,palabras en la espalda. Estar, ser, sentir. No siempre te permites abrir brazos y ojos, alma y dedos. No siempre permites que sea así, que todo se resuma a un aleteo de caricias, a besos en el cuello, cosquillas en hombros, muslos. Luz y oscuridad bajo la misma cama.
Eres tan terca y ciega, tan desconfiada y escurridiza, que no ves más allá de tus narices, más allá del azar. Pero tienes suerte, seguro en el mundo hay otra persona no es ni ciega ni terca y te enseñará a estar, ser y sentir, así.