Ayer la única otra persona que tampoco salió de vacaciones y yo, fuimos al cine, porque somos las únicas dos personas que no habían visto Million dollar baby (cómo te amamos, Clint!). Lo suave del cine es platicar un poquitito entre una escena y otra, decir barbaridades breves, pues. Pero ni ella ni yo dijimos pío durante toda la película. Tampoco nos dio por irnos a boxear después, nop, sólo nos fuimos a comer pollo (ya como pollo!).
Por la noche, ya en casita entre una página y otra de mi fabuloso libro de Boris Vian (tema para otro post) me quedé pensando en lo bueno y sano que sería tener un punching bag en casa, (también me quedé pensando en todas las veces que yo he sido un punching bag para otros, pero ese también es tema para otro post), sí ponerse los guantecitos y sacar el estrés del día, de la semana, del mes, en un pas pas pas. Moviendo los pies y aprendiendo a protegerse tal y como dice el Boss Clint .
¿Cuánto cuesta un punching bag?