Sigo en la onda naturista. Ayer me preparé por primera vez un licuado (creo que nunca me había preparado yo sola uno, y no tomaba un licuado hogareño desde questaba en la secundaria) (mi mamá les echaba huevo crudo y me juraba que no) (lo confesó años más tarde).
No tenía las grandes opciones en fruta. Pero tenía papaya y doña silvia dice que la papaya es una caricia para el estómago. Perfecto, me dije, mato dos pájaros de un tiro (porque como el “significant one” está de viaje y no vuelve hasta fin de mes pos no hay ni cariños ni caricias). El asunto fue así:
– unos cuantos cachitos de papaya
-miel de abeja
– dos cucharadotas de granola con almendras
– leche
-una cucharada de yogurt natural
y prrrrr prrrrr a la licuadora…
El resultado fue un delicioso licuado que me tiene con ganas de no probar bocado como hasta las siete de la tarde. Así de intensa fue la caricia.